Y dijo Dios a Moisés: Yo Soy El Que Soy. (Éxodo 3:14)
Una implicación del magnífico nombre, Yo Soy El Que Soy, es que este Dios infinito, absoluto e incondicionado se haya acercado a nosotros en Cristo Jesús.
En Juan 8:56-58, Jesús responde a las críticas de las autoridades judías. Les dice: «Vuestro padre Abraham se regocijó esperando ver mi día; y lo vio y se alegró. Por esto los judíos le dijeron: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham naciera, Yo Soy».
Jesús no pudo haber pronunciado palabras más elevadas. Al decir: «antes que Abraham naciera, Yo Soy», tomó toda la majestuosa verdad del nombre de Dios, la envolvió con la humildad de la servidumbre, se ofreció a sí mismo para expiar toda nuestra rebelión y abrió un camino para que pudiéramos ver la gloria de Dios sin temor.
En Cristo Jesús, los que somos nacidos de Dios tenemos el indescriptible privilegio de conocer a Yahweh como nuestro Padre Yo Soy El Que Soy el Dios
- que existe;
- cuya personalidad y poder se debe únicamente a sí mismo;
- que nunca cambia;
- de quien fluye todo el poder y la energía del universo;
- a quien toda la creación debiera conformar su vida.
Oh, que aquellos que conocen el nombre de Dios pongan su confianza en él.
Devocional tomado del sermón “Yo Soy El Que Soy»