¿Cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? (Hebreos 2:3)
¿Lo invade una sensación de grandeza cuando piensa en su salvación? ¿O la está descuidando?
¿Cómo responde a la grandeza de su salvación? ¿Se ocupa de ella del mismo modo que se ocupa del título de su auto o de la escritura de su casa? Son papeles que en algún momento firmó y están archivados en algún cajón de su casa, pero no son gran cosa. No afectan su vida diaria, así que básicamente, lo tienen sin cuidado.
¿En qué consiste en realidad el cuidado de esta salvación tan grande? Lo que el pasaje bíblico en verdad quiere decir es:
- No olvide el amor de Dios hacia usted.
- No olvide recibir el perdón, la aceptación, la protección, las fuerzas y la guía del Dios Todopoderoso.
- No olvide el sacrificio de la vida de Cristo en la cruz.
- No descuide el don gratuito de la justicia conferida por la fe.
- No olvide que la ira de Dios fue quitada de su vida y que Dios le sonríe gracias a la reconciliación.
- No olvide al Espíritu Santo que habita en usted, ni la comunión y amistad del Cristo vivo.
- No olvide el resplandor de la gloria de Dios en el rostro de Jesús.
- No olvide que tiene libre acceso al trono de gracia.
- No descuide el tesoro inagotable de las promesas de Dios.
Esta es una salvación en verdad grande, y es muy serio descuidarla. No descuide una salvación tan grande; pues si lo hace, perecerá y no habrá escapatoria.
Ser cristiano es un asunto muy serio; no un asunto amargo, sino serio. Simplemente, anhelamos de todo corazón regocijarnos en nuestra gran salvación.
No dejaremos que el mundo nos desvíe hacia los placeres temporales y suicidas del pecado. No descuidaremos nuestro gozo eterno en Dios, pues en eso consiste la salvación. Nos quitaremos los ojos antes de dejarnos llevar y apartarnos de la vida eterna.
Devocional tomado del sermón “Hablada, confirmada, testificada una gran salvación»